Pero antes de ir al teatro (sí, al teatro) había que recuperar fuerzas con un aperitivo y su acompañamiento. Bar-Restaurante del Paseo de Gracia, con camareros amables de esos que te venden lo que quieren y encima te vas contento.
Después, al teatro, a ver al humorista Carlos Latre. ¿Saben que durante el espectáculo imita a setenta personajes? ¡Sí, 70! Una barbaridad. Y si cerrás los ojos, es como si el personaje real estuviera delante. Increíble.
En la caminata posterior a la función pasamos por un lugar espectacular, mezcla de hotel de lujo, restaurante, tienda de zapatos... de todo en plan lujazo de esos de película... Por eso sólo lo visitamos... de paso y nada más.
Y ahora es donde las seguidoras de Sexo en NY se regocijarían y Boris Izaguirre también. Miren:
Después cenita en el restaurante que les comentaba antes. Lindo, Lindísimo el local. La comida y el servicio dejaron bastante que desear, eso sí. Pero el lugar era precioso.
Fíjense qué colorido!
Y al día siguiente desayuno en un sitio divino, con pastelería artesanal super variada, gusto por los detallitos (decoración exquisita, olor a repostería de casa, jugos de frutas, yogures naturales, ambiente de domingo matutino, de ese de leer el diario frente a un café con leche humeante, venir de hacer deporte y premiarse con un super desayuno (no era nuestro caso pero sí el de las de la mesa del al lado) y respirar aire de relax frente a unas tostadas o scones con mantequilla y mermelada.
¡mmmmhhhhh!
Y si todos los fines de semana fueran así, estudiaríamos mil carreras y seríamos doctoras, catedráticas y premios nobeles...jajaja...
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