martes, 26 de febrero de 2013

Ella

Es elegante por naturaleza. Cuando vamos por la calle siempre recibe un piropo porque esos ojos y esa estampa no la tiene cualquiera. Es lista, todo lo sabe. Siempre fue así. Tiene la capacidad de comunicarse sin hablar y adivinar lo que estoy pensando sin que se lo diga. Percibe, escucha y se hace entender a la perfección. Tiene las cosas muy claras. Me conoce mejor que muchas personas y yo a ella mejor de lo que nadie podría haberla llegado a cononcer nunca.

Juntas vivimos varias mudanzas, la pérdida de su primera hermana, viajes en coche, en barco, enfermedades de la piel, nervios, euforias, cambios de ánimo, la bienvenida de una nueva hermana, de nuevos miembros al hogar, la despedida de otros y muchas cosas más.

Esa gente que dice que los perros y sus amos acaban pareciéndose quizás tenga razón y me encanta que sea así. No sé si ella adoptó cosas de mí o yo de ella pero está claro que somos un conjunto.

La semana pasada cumplió 10 años y lo menos que se merece es una foto preciosa en este blog para que todo el mundo sepa la suerte inmensa que tuve al encontrármela nueve años atrás.





martes, 19 de febrero de 2013

El café acogedor

En estos tiempos difíciles a mucha gente se le ocurre abrir un negocio, bien por quemar la última mecha, bien por pensar que es la única alternativa de encontrar una ocupación o crear una ilusión. Desconozco cuál fue la motivación de esta pareja así como el momento en que decidieron hacerlo, pero sí que creo que sé cuál es el secreto de su éxito.

Desde fuera no desvela los encantos del interior, sólo invita tímidamente a entrar para que sea uno mismo el que decida si ése es el lugar que andaba buscando. En un paseo sin rumbo yo me lo encontré y enseguida decidí que sí, que era ése.

Una vitrina blanca con una puerta pequeña, macetas con helechos y prímulas de colores, algunas mustias, otras no. Muchas cosas apoyadas en el cristal dan alguna pista sobre lo que se puede descubrir al entrar.

Al abrir la puerta, una estantería abarrotada de libros de temáticas variadísimas hace de tope, es casi imposible prestarle atención. Justo delante se extiende un local alargado y luminoso lleno de detalles que disimulan como si no hubieran sido elegidos con cuidado. El evidente desorden se despliega de forma tan graciosa que obliga a perdonar el caos y hasta lo hace merecedor de halagos. Tazas, teteras, vasos, postales, fotos, notas, objetos de colores y más, se amontonan para configuran un conjunto acogedor y cálido.

Es en realidad un local pero invita a pasar y a quedarse como si de un hogar se tratara. Tartas caseras de las de verdad, esponjosas, brillantes por su naturalidad y sabrosas como las de una abuela. Imágenes de momentos íntimos compartidos con el visitante como abriendo las puertas a la vida hogareña de quienes los ofrecen. Todo eso junto es el detalle, todo eso revuelto pero controlado es lo que hace que, en estos tiempos de desesperanza y de aparente falta de oportunidades, alguien encuentre el huequito por donde salir a la superficie, respirar el aire de una vida normal y contagiar la sensación.














lunes, 11 de febrero de 2013

Deshonestidad diaria

Si hay algo que no soporto son las mentiras o la hipocresía pero, seamos honestos; todos la practicamos a diario con nosotros mismos. Circunstancia que hace que parezca menos grave que si lo hacemos con los demás o ellos con nosotros. Como se trata de mentiritas inocentes causan hasta gracia y, sobre todo, nos provocan la sonrisa porque cualquiera nos sentimos identificados con aquellas de las que más abusamos.


Hoy descubrí una página web que las publica en forma de carteles de diseño original y decorativo y estoy pensando en colgar alguna de ellas en un lugar bien visible, para no dejar pasar la oportunidad de remediar esa autohipocresía leve.


estaré allí en 5 minutos (quien dice 5, dice 20)

mañana empiezo la dieta (a menos que haya papas fritas para comer)

lo haré más tarde (o el mes que viene)

sólo tomaré una ensalada (aunque la lasaña con dos salsas suena genial)

acabo de recibir tu mensaje ("acabo" antes de ayer)

los tatuajes no duelen (los partos tampoco)

mañana yoga a las 6 de la mañana (pero si es para relajarse, ¿no será mejor dejarlo para otro día?)

he leído y estoy de acuerdo con las condiciones (ah! ¿pero había que leerlos?)

Mi top ten:

- Esta semana iré al gimnasio CADA DÍA
- Mañana me pongo el despertador una hora antes
- En 5 minutos estoy lista
- No más hidratos de carbono por la noche
- Mascarilla facial y de pelo tres veces por semana
- Hoy hago todas las llamadas que tengo pendientes
- Todas las noches iré a caminar después de cenar
- Hoy ordeno el armario
- No pasa de esta semana que planche todo
- ¡No te había visto! ;-)

jueves, 7 de febrero de 2013

La intimidad de los otros

Muchas veces hablé acá de Casa Chaucha porque me parece una maravilla de compendio de imaginación, personalidad, fotografía y decoración, todo en uno. Eso de poder adentrarse, desde la nuestra, en la realidad de las casas de los otros para ver cómo otras personas disponen sus objetos, el entorno en el que viven su intimidad, sus preferencias y sus gustos, es un privilegio.

Además de ser preciosa, esta misma página prodigiosa, ofrece un apartado absolutamente revelador que se llama "Si existiera, visitaríamos...". Gracias a visionar los fragmentos de películas que ahí propone, me volví loca buscando algunas de ellas sólo para disfrutar de esos ambientes rebosantes de personalidad que hablan de sus protagonistas por sí solos.

Les recomiendo fervientemente que dediquen unos minutitos a verlos. Son cortos y jugosos y, después de mirarlos con atención, también van a tener la fiebre cinéfila-decoradora que les va a impulsar a sentarse una tarde frente a la pantalla a disfrutar de las historias enteras.


Me gustaría mucho saber cuál de esos hogares sinigual les gustó más

Mírenlas todas ACÁ.






miércoles, 6 de febrero de 2013

Tostada literaria

Si hay un mundo infinito es el de los libros. Por muy desocupada que esté, nunca tendré tiempo suficiente para leer todo lo que me gustaría y jamás sentiré que ya leí todo lo que es necesario para tener un conocimiento de todas las cosas de la vida y para poder charlar en todas las conversaciones.

Tengo que decir que muchas veces un libro me agarra con sueño, con pocas ganas, con poca inspiración o simplemente me dejo llevar por lo fácil y leo una revista. Eso me lleva a la reflexión de que, como el comer sano o hacer deporte, es algo para lo que hace falta constancia (sí, aunque sea un placer). Es una pena, la verdad. Porque una vez que empiezo un libro que me gusta y me sumerjo hasta sus entrañas me arrepiento de no haberlo hecho antes o de no hacerlo más a menudo.

Soy de la idea de que un libro a 20 euros es demasiado caro, pero en éste último tiempo me convencí de que leer es caro si sólo contemplamos la posibilidad de comprarlos. Si tenemos quien nos los preste (y somos cuidadosos y buenos "devolvedores" -¡odio a quienes nunca los devuelven!), vamos a las bibliotecas (ya sé: siempre existieron, pero yo las empiezo a disfrutar ahora) o los compramos en mercadillos (no necesariamente tenemos que leer a Grey porque salió ahora, también podemos leer La pasión turca que seguramente nos pondrá igual, aunque tenga ya unos añitos), así la cosa monetaria se suaviza muchíiiisimo.

El otro día casi me desmayo en pleno mercadillo por saturación 'librística' pensando en qué sería lo próximo en mi mesita de noche... Verse rodeada de tantíiiiiisimos libros con títulos tan atractivos es como entrar en un mercado de fruta de esa que pide a gritos que te la comas. Por supuesto mi reacción inmediata, producto del remordimiento, fue esa misma noche empezar de una vez por todas el libro que llevo arrastrando en maletas los últimos meses y que no había manera de inaugurar.

Todo esto lo cuento porque este libro está en mis manos gracias a que lo mejor que tiene quien me lo dio no es que es buena lectora, sino que es una excelente amiga, de esas de diez puntos. Después de que ella me prestara en varias ocasiones los libros con los que más disfruté en muchísimo tiempo, decidí que estaba en deuda y le compré El tiempo entre costuras. Había oído decir que era una historia preciosa, bien narrada y excelentemente ambientada y pensé que a Maribel le encantaría (es obligatorio comentar capítulo a capítulo y desgranar cada detalle cuando hablamos de ellos; ejercicio que nos llevó a la conclusión de que tenemos gustos literarios muy parecidos). Ella lo leyó en el momento de mi vorágine de traslación de vida, domicilio, trabajo, etc. con lo que ni tuvimos ocasión de desmenuzarlo, aunque sí sé que le iba gustando porque me lo decía a diario y eso me hizo feliz. Por fin le estaba devolviendo, aunque fuera en una milésima parte, los buenos ratos que me hizo pasar con nuestras charlas y sus libros. Pues bien, el último día, el día que nos dijimos "hasta luego" (decir adiós estaba prohibido), decidió que me lo re-regalaba. Que una vez más "me prestaba" ratos incomparables de inmersión en mundos nuevos que casi secretamente compartíamos sólo ella y yo, como si nadie más leyera las mismas historias.

Ahora, a medida que lo leo, me detengo en cada página para preguntarme qué pensaría Maribel mientras lo leía.

Maribel: ¿cómo voy a hacer para que este libro sea genial sin que lo podamos comentar frente al café con leche con tostadas?

Mañana te llamo y te lo cuento...

¿Autobiografía de un político?
Océano de letras
 
Para leer, para ver y para oir

Éste estaba en la mesita de noche de Bruce Lee

La versión masculina debe ser un resumen, digo yo...

Sólo es el primer tomo. Si te dicen que hay 20, abandonas después de éste

¿Alguien se leyó el libro después de la lacrimógenísima película? Masoquistas!

Un día de mercado alrededor del mundo.. interesante o qué?

Imprescindibles! Tiembla Grey...



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