jueves, 30 de agosto de 2012

Volvemos a la carga

Hoy llueve por primera vez en muchos meses. Tantos que ya ni me acordaba cómo era. Tenía ganas de que pasase algo que cambiara el curso de la rutina. Una rutina que irrumpió al final de las vacaciones en forma de esguince, cuya consecuencia instantánea fue y sigue siendo, una especie de arresto domiciliario.

Como llueve me decidí a retomar esta sana costumbre de escribir acá. Afortunadamente conservo una pizca de inocencia que me hace pensar que algún día alguien descubrirá mis habilidades escrituriles a través del blog y podré dejar mi trabajo para vivir retos más motivantes narrando cosas interesantes. Pero como soy adulta sé que eso implica llevarlo a la práctica más seguido.

Acabo de mirar por la ventana y ya paró. No llueve más, pero no importa. Hace semanas largas que esperaba este aire fresquito y esos verdes mojados por la ventana que se ven ahora más verdes gracias al agua. En algún momento había que volver a escribir y parece que el momento es hoy.

Vamos a ver: como no decidí el tema de esta entrada supongo que puedo resumirles mis bajaciones. Sí, eso; una combinación de vacaciones y baja que, en esta última fase, me tiene leyendo, cosiendo, mirando blogs y haciendo todas las cosas que una puede hacer sentadita o muy quietita en su casa, pero que en la primera me ofreció cosas maravillosas.

Todo empezó con un viaje ¡Qué viaje! ¡qué lugares! Hacía tiempo que no disfrutaba tanto sólo de ver. De ver lugares llenísimos de flores, casas con fachadas que parecen pintadas a diario, gente civilizada por encima de lo acostumbrado, agua tan limpia, frutas con tanto color, tierras tan bien cultivadas. Digamos que la evasión fue total. Daban ganas de no volver y eso siempre pasa pero esta vez me lo hacían cuestionar con el ceño fruncido. Ojito, quizás era una ilusión óptica estival. Sospecho que estos lugares impresionantes no lo son tanto en invierno, pero que daban ganas de quedarse, las daban.¿O ustedes habían visto alguna vez una especie de tenderete montado en la puerta de una casa, sin que nadie lo vigilase, con sus cajitas de fresas y cerezas con precio acompañadas de una hucha (alcancía) y una nota que ponía "confiamos en su buena voluntad, pague aquí"? ¿o ustedes comen todos los días lechuga con sabor a lechuga de verdad? ¿o ustedes pasean todos los días por calles donde no hay un solo papelito en el suelo a pesar de las pocas papeleras? ¿o ustedes tienen a mano parques fabulosos donde pasear a sus perros sin que a nadie les moleste?

Al volver tuve la fortuna de contar aún con dos semanas más de permiso vacacional. O sea, la gloria total. La sola idea suponía un nivel de descanso mental digno de agradecer a las fuerzas divinas de la naturaleza. Quince días por delante (ola de calor incluída, pero la ignorancia te acerca a la felicidad). Esa especie de acné post-post (pero muy post) adolescente que paseaba desde hacía un par de meses se esfumó gracias a los baños en el mar y el tono de marrón de mis piernas casi alcanzó el de café torrefacto gracias a las exposiciones casi involuntarias al sol.

Sin embargo, esas mismas fuerzas divinas de antes debieron considerar que me quedaban cosas por hacer porque, para coronar el período vacacional, me sorprendieron con una caída tonta que, eso sí, me otorgó  tiempo para acabar ese libro que tenía atascado en la mesita de noche o para coser esas fundas que no había manera de empezar. Y según mi visita de hoy al médico todavía me deben quedar como medio libro y dos o tres bajos de pantalón más así que, de momento, además de no ir a trabajar me recomendó no bailar claqué ni ponerme stilettos para ir de excursión a la montaña.

Y como tener tiempo favorece el pensar, durante estas semanas también saqué conclusiones trascendentales como éstas:

- La honestidad no abunda por igual en todos lados.
- La gente que pasa inviernos crudos se esmera mucho para tener unos jardines impresionantes en verano.
- Los animales de los países más civilizados son más confiados.

- Mi próximo coche lo quiero con techo de cristal.
- Es posible construir un túnel de 15 km bajo una montaña.
- Es bien probable que pidas café con leche de igual forma todos los días y te lo sirvan siempre diferente. 
- El aire acondicionado es bueno, pero las anginas son malas.

- No hay crema que funcione contra los granos en la edad madura.

- Si no hay forma de acabar un libro, hacéte una esguince.
- Se puede traducir esguince como "isfifteen" pero no está garantizado que te hagas entender.
- Disponer de tiempo libre no va unido intrínsecamente a unas ganas locas de hacer limpieza general en casa.
- Es genial tener a alguien que te cuide cuando estás mal :-)
- Es divertido "abusar" un poquito de ese alguien y hacer de éso TU momento :-)
- Las muletas arreglan tobillos pero fastidian muñecas.

Y como la vida es linda en imágenes y los post son lindos con fotos, acá van unas cuantas.

- Casas con fachadas que yo juraría que se pintan a diario.



- Rotondas tan ajardinadas que podrían ser calificadas de Parque Natural.


- Gente tan civilizada que parece compinchada tras una cámara oculta para hacerte caer en la trampa.




- Castillos tan inmensos que parecen construídos por el mismísimo Sr. Disney.


- Mensajes tan variopintos que no se puede dejar de retratar.





- Animales silvestres tan cercanos que parecen adiestrados.






 Y otras tantas cosas que me darán tema para muchas entradas más.



miércoles, 1 de agosto de 2012

Relax

Ilusa de mí, pensé que podría mantener el ritmo de entradas durante las vacaciones pero veo que no. Espero sepan perdonar que es una cualidad muy linda que tienen algunas personas ;-)

Llevo algo más de una semana y entre mis planes de relax no entra sentarme delante de una pantalla, no nos vamos a engañar.

Viajecito (ya pasado), playa, sol, terracitas, libros, revistas, paseos, comidas... hay muuuuucho que hacer y casi nada es bajo techo.

Hagan cosas interesantes así de vez en cuando puedo curiosear.

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