martes, 20 de agosto de 2013

Familias reales aunque no de la realeza

No es ésta la primera vez que hablo acá sobre lo que supone curiosear en la vida íntima de los demás a través de sus casas. Hoy, una vez más, encontré una web que permite hacerlo con oportunidad de pararse a observar los detalles.

¿Qué es lo que hace que las casas reflejen la personalidad de quienes las habitan? Es increíble pero casi siempre resulta así; un hogar es bastante fiel estampa de lo que sus moradores son.

Si tienen un ratito y quieren darse una vuelta, miren detallada-mente ;-) las fotos de estas casas, sus familias, sus objetos y sus ambientes. Vean lo bien editada que está la página ya que tiene hasta detalles como poner puntitos sobre cosas que pueden llamarte la atención de cada foto para que puedas clicar y leer una explicación.

Ah, ojito: para los duchos en el idioma franchute, bien, "véanla" en versión original, The Socialite Family. Para los que como yo no dominan el je t'aime, los café au lait y los fromages , miren en la esquinita superior derecha (EN) y no pierdan el tiempo intentando adivinar comme moi. Por suerte también existe la version en ingles, The Socialite Family para que podamos conocer las cosas que van más allá de las imágenes y que le dan colorido al tema, por decirlo así.

Fíjense que no son casas así nomás, de esas como las de todo hijo de vecino. No. Éstas tienen un puntito chic tipo Elle Deco o ElMueble, eh. Que la cosa está estudiadísima, nada de Casa Chaucha... de las reales de realidad. Acá hay un trabajito de producción importante que hace que nos sintamos como visitando a los amigos de unos amigos de esos tan guays que son hippies pero no tanto, intelectuales pero no demasiado y despeinados aunque peinados. Los niños son todos de los que parecen lindos pero rebeldes, los sillones tienen aspecto de heredados y no comprados y las pinturas lucen como obras de arte y para nada como manualidades.

Ustedes que son grandecitos sabrán valorar. Ahí los dejo.

ya saben lo que opino de esas alfombras... no?
 


viernes, 9 de agosto de 2013

El tiempo pasa y Mandela se queda

Vivo con la permanente sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido. Rapidísimo.

Hace dos semanas me quejaba de no poder acabar un trabajo pendiente que se me había eternizado durante lo que parecían siglos y ya pasaron casi siete días desde que lo entregué.

Susana, la ahijada más linda que una pueda tener, ya habla conjugando los verbos como si hubiera madurado de tal modo, que el hecho de que en septiembre tenga que empezar el colegio parece un acontecimiento del pasado.

Hace más de dos meses pensaba que el trabajo nunca llegaría y ahora ya tengo ganas locas de vacaciones de las que curan el agotamiento enquistado.

Mi sobrina, la que nos soprendió a todos naciendo con más de 4 kilos, de la noche a la mañana se conviritó en una especie de sirenita de siete, sólo en dos fotogramas.

Cuando me dé cuenta de la fecha en la que estamos sabré que el verano ya pasó y yo no lo vi porque estaba ocupada pensando que el tiempo pasa muy rápido.

Y la vida pasa tan de prisa que, siendo ésta su propia paradoja, estos días tuve que traducir un artículo que habla de la despedida a Nelson Mandela cuando el pobre aún ni siquiera decidió morirse.

¿Cómo le llamarían ustedes a eso? ¿Futuro próximo?



Los buenos hábitos no hay que perderlos

Lo que no se puede hacer o más bien queda feo, es tener un blog e ignorarlo porque la indiferencia mata blogs y mata todo.

Les digo una cosa: la vida trabajadora es dura. Bueno, lo que es más duro es no tener tiempo libre para hacer cosas que a una le divierten o entretienen, porque quien tiene un amigo tiene un tesoro y quien tiene tiempo libre también.
Y lo peor es que cuando una no tiene tiempo libre se le ocurren mil quinientos millones de cosas lindas que hacer en ese tiempo que no tiene, como por ejemplo limpiar. Hasta limpiar es lindo cuando no puede hacerse.
¿Ustedes conocen a alguien que se aburra cuando no trabaja? Sí? Bueno, no sé si me conocen pero sepan que yo no soy. Mis seis meses sabáticos fueron un regalo de la naturaleza o de no sé quien que se marcó un detalle bien lindo. Ahora eso quedó atrás y trabajar está muy bien porque dignifica y bla bla bla ...
¿Avances? Acabé con un trabajo extra que me tuvo enrollada casi siete meses, algunos más intensos que otros. Buenísimo acabar porque el eternismo me estaba matando... Felicidad total porque fueron de esas cosas que no había manera de sacarme de encima tipo exámenes finales cuando una se libera por fin.
¿Más? Después de dos meses trabajando me llega una semanita de vacaciones caída del cielo que ya me tiene preocupada porque no va a dar tanto de sí como yo quisiera... Espero volver con el cutis relajado, la piel más bronceada, la sonrisa más marcada y las charlas bien charladas porque a mis amiguitas ahora las tengo lejos y eso sí que es malo de llevar. ¿Ustedes saben cuántas conversaciones se acumulan detrás de la garganta de alguien al cabo de mes y medio o dos? ... puff... ¡un sinnúmero! (con dos nn).
¿Retrocesos? Hace un par de meses que estoy atascada con un libro que empecé y que me privó de leer otros y que casi será el primer libro de la historia que me atreva a abandonar cuando apenas me deben faltar diez páginas. Ayer empecé "El plan infinito" de Isabel Allende y espero que me devuelva al mundo lecturil con energía para seguir con dos o tres que están a la cola esperando a que reactive mi faceta lectora intermitente.
¿En casa? Las plantas ya casi no dan más de sí. El calor fue bien duro casi hasta ahora (divino el tiempo de ayer y hoy con aire fresquito) y hubo varias bajas (aparte de las que se registraron con motivo de mi última ausencia). Ahora ya casi me espero a volver de vacaciones para repoblar el jardín con vegetación varia que adquiera una vez que me asegure de que voy a estar ahí cada día para mimar como corresponde. A cada ser vivo su atención.
¿Propósitos? Escribir más seguido en el blog porque me hace falta. A lo largo del día se me ocurren como quinientos temas con los que elaborar un post de esos largos y trabajados y al final no lo hago porque requiere demasiado tiempo. Me propongo, con una mano sobre el teclado y la otra al pecho, que relataré más el día a día (no en sentido literal, ojo, que no siempre tiene una esa energía extra al final de la jornada) y no perderé tanto el contacto esperando a tener listo el post quasiperfecto. También tengo que proponerme algo práctico con las fotos, que muchas veces son la excusa ideal para 'dejarlo para mañana'. No hice fotos, no tengo cómo ilustrar el post, no escribo. Maaaaaal.
Estoy ideando una especie de obra de ingeniería con Dropbox para poder hacer fotos rapidito y no tener que enchufar el dichoso cablecito para pasarlas del teléfono al pc de casa y de ahí a donde esté escribiendo. El siguiente paso sería comprarme un teléfono más potable en cuestión de fotografía para ir haciendo click a cosas que me pasan por delante mientras paseo por la vida cada día, y cuando pienso en el blog. Pero eso ya es otro tema.

Si tengo ganas y valor, más tarde "ilustro" este mismo texto desde my home y así le damos un poco de color y calor a la cosa.




Blogging tips