Para los fieles seguidores, acá está la prueba de que finalmente pude arreglar mis problemas con la diplomacia. Efectivamente, después de muchas idas y venidas ésta es la prueba de que a la larga todo es posible. Parecía lejos, sí, tanto en tiempo como en distancia, pero finalmente llegó y acá estamos. Pasamos tres días maravillosos en la capital del mundo y, debo decir que con sus pros y sus contras, sin duda es una ciudad de visita obligada. No hace falta contar todas sus virtudes ni resaltar sus defectos, pero sí es necesario decir que uno no puede pasar por esta vida sin ser testigo de algunas cosas y ésta es una de ellas. Quizás no sea el lugar más acogedor para vivir, ni el hogar de los más amables, pero sí es única y su arrolladora personalidad invade todo lo que toca. NY está en cada rincón, todo es típico y al a vez familiar. No nos es desconocida porque nos la presentaron el cine y la televisión hace mucho tiempo, pero para disfrutarla hay que vivirla en primera persona.
Aprovecho el desafío de hoy para mostrarles esta foto panorámica de uno de los puentes que cruza el rio Hudson. Y, a pesar de haber elegido esta foto por ser, de las recientes, la que más se ajusta al motivo del desafío de hoy, la casualidad me hizo recordar que precisamente hoy es 11 de septiembre.
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