sábado, 24 de septiembre de 2011
Día 17: En mi bolso (in my bag)
Claro, ¡cómo no va a pesar! Si es que la contractura que tengo en el lado izquierdo podría ser perfectamente debida a una carga excesiva de "por si acasos" en el bolso... Por si acaso hace sol, los anteojos; por si acaso tengo que anotar algo, la agenda; por si acaso me despeino, el cepillo; por si acaso no puedo lavarme los dientes, los chicles; por si acaso estornudo, los pañuelos, más un sinfín de artículos de "reconstrucción o retoque" ya que a lo largo del día una va perdiendo brillo y es necesario recomponer lo que a la mañana parecía reluciente y a la tarde se ve mustio o falto de esplendor.
Estoy segura de que los hombres se preguntan qué demonios llevamos ahí dentro, pero todas las mujeres estarán conmigo en la idea de que absolutamente todo lo que llevamos es ne-ce-sa-rio, aunque pese una tonelada y nos haga doler la espalda. Al fin y al cabo eso es lo de menos.
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