miércoles, 23 de noviembre de 2011

Detalles elevados a la máxima potencia


El papelito amarillo y blanco se instaló en mi buzón a mediados de la semana pasada. Tan campante él, sabedor de que portaba buenas noticias con esa arrogancia que pasean todos aquellos que se sienten deseados.
Al llegar del trabajo lo ví cuando espié con el rabillo del ojo en el buzón marrón que cuelga en el rellano. Ahí estaba el dichoso aviso, porque el paquete no hubiera cabido. Por tanto sospeché que el señor cartero lo debía haber cargado de vuelta en la Vespa amarilla para un reposo de unos días a buen recaudo. Lo agarré y, no sin impaciencia, leí las instrucciones en negrita que decían:

Horario de recogida de 8:30 a 14:30 hs.

¿Será una broma, no? El suspense está bien pero no nos hace falta sobredosis. Había que esperar hasta el sábado ¡¡¡El sábado!!! ¡pero si faltan como dos años para que llegue! (cuando una es impaciente esto funciona así). Es que estos del correo no tienen consideración. Si supieran que una espera con taaaanta ilusión estos regalitos, abrirían también por la tarde.
Incluso me llegué a plantear llamar al empleado de la oficina por teléfono y explicárselo:

-Es que, sabe usted, somos un grupo de blogueras que, coordinadas por una chica con un blog la mar de interesante, nos pusimos de acuerdo para intercambiarnos unos paquetitos con detalles de manera casi invisible. Como esos regalos de Navidad, ¿sabe? Por eso, ¿a usted le importaría mucho abrir una tardecita de estas para que yo me pueda pasar a recoger el mío? Si no es mucha molestia, digo.

Pero, por un momento, me asaltaron las dudas sobre la posible capacidad de comprensión de este señor, así que desistí y decidí esperar. En fin, paciencia.

Y con paciencia, el sábado llegó. Y yo llegué a la oficina bien peinada y perfumada a buscarlo. A él, a MI paquete. Y cuando me lo dieron me morí de la emoción y me dieron ganas de contárselo, no sin aspavientos, a todo el mundo que estaba en la cola esperando...

-¿Saben qué? Esto es un regalito que me envía una chica con un blog precioso donde cuenta todo tipo de aventuras sobre una reforma, sus historias, sus fotos, sus deseos y muchas cosas más. Es súper simpática y también le hacía mucha ilusión. Nos comunicamos varias veces y las dos estábamos impacientes. Si la conocieran, les caería de maravilla. Y fíjense si es atenta que se tomó el trabajo de mandarme ÉSTO  (y mostrar orgullosa mi paquete para que lo pudieran ver todos).

Pero una vez más dudé de la capacidad de empatía del ser humano y me reprimí.

La cuestión, que mi sorpresa sabática matinal incluía un montón de cosas de esas que me encantan! Sí, de esas. Justo de esas. Si es que parece que nos hubiéramos conocido y conversado largo y tendido porque no se puede dar tan bien en el blanco. Vean, vean, porque es para no perdérselo:

envoltorio ma-ra-vi-llo-so
Una caja redonda con sorpresa, una lata y una bolsita de té
Todo colocadito para la foto
¡Incluso traía una nota manuscrita! ¡qué lujo!
y otra más dentro de la latita
Mi té favorito... ¡qué lista ella!

¿y esa taza? ¿No es el deseo de cualquier tetera?

Con su cajita y todo...

Si es que no le faltó detalle.

Y fíjense en una cosa: el estampado de la lata es calcadito a un cuadro de mi favoritíiiiiiisimo pintor, Gustav Klimt... Esta chica sabe mucho, pero mucho, eh.

El árbol de la vida - Gustav Klimt

¿Cómo habrá adivinado que me chiflan sus estampados?
Sorpresas te da la vida, sorpresas te da el blog.
Mil, mil y mil gracias!

2 comentarios:

  1. ¡cómo me gusta tu forma de contar las cosas! :o)
    firmado: la halagadísima chica del blog la mar de interesante. ¡GRACIAS!
    beso

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  2. Ainss, que post tan bonito! Me ha encantado!! El mío ha sido super cutre, con fotos pésimas!!! Qué mal, jajajaja. Mi excusa es que estaba tan nerviosa abriendo los paquetitos que no tuve ningun cuidado con las fotos, y luego que estaba impaciente por colgarlo en el blog. Ay, qué impaciente que soy!!

    Me ha encantado el relato, me ha hecho reír un montón.

    Y me alegro que te haya gustado, eso quiere decir que empaparme de tu blog tuvo su efecto, jeje. La latita del té... has captado la idea, y es que resulta que yo también adoro a Klimt y me pareció ideal.

    Estoy encantadísima de haberte tenido de compañera de intercambio, aquí tienes una amiga para lo que sea.

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