Ya sé, ya sé. Todos oímos ahora a diario hablar de las piezas "vintage", tanto en el vestir como en la decoración. Es lo más "in". Hace años (no tantos) despreciábamos lo de otras épocas por estar pasado de moda. Ahora lo recuperamos. Pero pensemos una cosa: ¿A que si miramos a nuestro alrededor encontraremos algo vintage que no proviene de una tienda carísima sino que se enorgullece de tener un origen mucho más humilde? La cuestión es que podríamos llamarle reciclaje o mejor "reutilización".
Hace poco, con mi amigo Gabriel, en una de nuestras charlas kilométricas (unidad de medida: la hora, no el kilómetro) comentábamos el tema de la reutilización de las cosas. Somos unos consumistas y eso es difícil de eliminar de un plumazo (casi igual de difícil que de reconocer), pero ahora es el momento de hacerlo. ¿Y si intentamos recuperar algo viejo para darle un nuevo uso? Pero nuevo de verdad, nada de un tiempito y fuera. Me refiero a que podríamos convertir objetos a nuestro alcance en nuevos elementos. Parece difícil pero si buscamos en nuestro armario seguro que hay algo que podemos adaptar a nuestro tiempo (pondremos a nuestras tías a coser, eso sí) o en el trastero o un mercadillo un objeto en busca de adopción. La cuestión es: ¿por qué no nos proponemos darles el toque personal que les falta? No se trata sólo de hacer manualidades, también de darle brillo a ese objeto que tenemos mustio en un rincón esperando una segunda oportunidad.
Hay muchas páginas interesantes sobre el reciclaje y la reutilización. Hoy les sugiero ésta El Mundo del Reciclaje
Desafiemos a los diseñadores y propongámonos hacerles la competencia con un simple toque de imaginación.
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