La gallinita que huele a jabón

Hace días descubrí un blog que recomendé acá en una entrada simplemente porque hacía mención a una frase que me pareció acertada... A partir de ahí empecé a leer las entradas antiguas y descubrí a una mujer divertidísima, original, cercana, con talento, que escribe y cuenta las cosas tal y como me gustaría hacerlo a mí. ¡Igualito! Quiero su lengua, porque comunica como a todas nos gustaría. Y dice cositas de esas que no sabíamos que sabemos... de esas que te obligan a sentirte identificada. ¡Uy! ¡pero qué razón tiene!

Cristina tiene el don de contar las cosas así como todos las pensamos, pero ella tiene gracia de sobra para convertir los pensamientos en palabras de manera que llegan justo adonde querían llegar. Y lo mejor es que la forma en que lo hace deja entrever qué tipo de persona es. Rápidamente te hacés una idea y te dan ganas de ir a pasar la tarde a su casa y juntas comentar una revista y criticarlo todo, tomar un té de jenjibre, pintarte las uñas de un color nuevo y ver una película antigua y llorar.
Tiene entradas divertidísimas (porque esa es una de sus señas: el bendito sentido del humor) sobre cosas cotidianas (la mejor de las comedias), cosas que nos pasan a todos (casi podría decir todAs porque creo que fundamentalmente somos las mujeres quienes nos identificamos con su forma de ver la vida) ¡Qué sabia es!

Me morí de la risa con sus entradas sobre su experiencia en la peluquería (quienes me conocen saben que a mí cada mes me pasa lo mismito!! ¿Ven como no soy yo? Esto va para mis amigas y mis hermanas que piensan que la difícil soy yo. ¡Es el gremio! ¡Por fin! -perdonen ustedes, las peluqueras amabilísimas-).
Me maravillé con su anécdota sobre la tolerancia, me emocioné cuando habló sobre las madres, me volví a partir de risa con su post sobre las revistas mujeriles y me convencí de su talento con la entrada sobre la metamorfosis (se nota que lee... mucho).
Da la sensación de ser lo que ella quiere y no cortarse ni un pelo. De disfrutar la vida, de adorar a sus semejantes y hacérselos saber, sin envidias, sin formalismos, sin hipocresía... Se le transparentan las ganas de vivir, pero de vivir intensamente. Como dice ella "de tirarse en plancha".

Sinceramente ¿cuántas veces al mes, al año, al lustro, conocen a gente con una visión tan detallista y personal de la vida? ¿Tan optimista, tan original, tan divertida, tan libre y tan rebosante de energía?
A mí, increíblemente, en los últimos meses me pasó dos veces: conocí a dos mujeres excepcionales en poco tiempo -Marga y Patti- ... ¡y ahora ya son tres! Esto no pasa todos los días.
Ojalá sean contagiosas. Este año no me vacuno. ¡Ni hablar!

Ah! y además hace unos jabones que tienen muy buena pinta.