martes, 8 de noviembre de 2011

Sturnus ¿vulgaris? (de 'vulgaris' nada)



Soy de la firme idea de que deberíamos aprender conductas de los animales. Pero firme-firme, eh.
De que, con nuestras posibilidades, deberíamos utilizar mucho más nuestra inteligencia y de que, si pensáramos de forma colectiva, las cosas funcionarían infinitamente mejor.
Los animales saben más. Saben cómo comportarse y lo que hacen siempre está fundamentado y siempre tiene un sentido lógico. Y no les prestamos la suficiente atención. ¿Cómo es posible?
Tenemos anestesiado el sentido de la observación y sólo lo agudizamos para utilizarlo como arma arrojadiza a la hora de la crítica. Ellos no lo hacen. Lo utilizan para aprender.


Ésto sí que es trabajo en equipo. Si esta coordinación la practicáramos nosotros, todos los días haríamos cositas de esas que quedan taaan bien y que hacen felices a otros. Gestos de esos que ahora están en la bolsa de la utopía, ahí metiditos.
¿Se imaginan que al conducir cediéramos el paso sin esperar a adelantar para mirar al caradura que se atrevió a pasarnos? Así, con el ceño fruncido y algún aspaviento con la mano, quizás.
¿Me hago la loca y me cuelo en la cola de caja? Es que yo SÍ que tengo mucha prisa.
La señora del quinto ¡cuántas bolsas lleva!, pero qué pereza me da ayudarla. Casi mejor que no, que además me da charla y me entretiene.
No encuentro la papelera y no pasa nada de nada si tiro este envoltorio de galletita en la calle. Total, ni se ve.
Oye, y este descarado ha puesto el codo en el apoyabrazos de la butaca. En cuanto se despiste le doy un empujoncito y lo pongo yo.

Podríamos hacer cantidad de cosas que garantizasen la convivencia. Porque ahora andamos cada uno para su lado. Y me incluyo, no se crean que estoy acá dando lecciones, tan pancha, sin darme por aludida de mí misma. Bueno, no tiro papel en la calle... no, no. Eso ni hablar.

Cuando miro ésto (el video), vuelvo a pensar que son ellos los sabios... Pero sin duda alguna. Los animales, que con sus recursos mínimos programan unas reglas de conducta y las aplican sin excepción para que funcione ese ritmo acompasado que les permite no chocarse unos con los otros. En sentido literal y figurado.

Se me pone la piel de gallina... o, mejor dicho, de estornino.
¡¡ A-lu-ci-nan-te !! ¡No me digan que no!

1 comentario:

  1. ayer, precisamente, leía un artículo sobre el karma y venía a decir lo mismo que tú, aunque sin animales. me gustan tus reflexiones (el viernes te enlazo en mis recomendaciones ;o). en cuanto a tu pregunta en mi blog, estudié en Salamanca, pero sí gané el Andreu Febrer: creo que ha sido uno de los momentos más alucinantes de mi vida :oD aunque, si te he de ser sincera, no me ha abierto ninguna puerta... por cierto, te debo un correo.
    besos

    ResponderEliminar

Blogging tips