Me fascina la gente que con una zanahoria y un pimiento hace una paella y los que de un retal olvidado sin un fin claro sacan mantel y doce servilletas. Me provocan admiración las personas que arreglan aquello que se rompió, las que con una pequeña piececita revitalizan un aparato eléctrico, con un tornillito uno mecánico o con una manito de pintura un objeto falto de esplendor.
Lo genial de todo ésto es que se trata de segundas oportunidades y yo ultimamente estoy muy pro darle a todo la posibilidad de resurgir y brillar más que antes. Me fascina la gente que derepente se reinventa (ahora muy de moda gracias a nuestra conviviente, la crisis) y que aprende algo nuevo para empezar en un rumbo mejor. Los que meditada o impulsivamente se soplan las cenizas de encima y se levantan para demostrarse a sí mismos que la energía sigue ahí.
Para quienes pasen horas y jornadas enteras pensando en cómo volver a la casilla de salida y arrancar con más fuerza, ilustramos este post con esos objetos que antes eran lindos y ahora son maravillosos... que como metáfora, no está mal.
Hago yoga. No soy de esas fanáticas que se meten en la filosofía y después sólo comen tofu, visten ropas desteñidas, juntan las manos en señal de plegaria para saludar y calzan todo el día sandalias flojas, pero me encanta y me hace bien. Cuando llego a la clase me siento como una viejita de 80 años y cuando salgo casi rejuvenecí a la mitad y bajo las escaleras de tres en tres. Mis articulaciones suenan últimamente como castañuelas por las mañanas y después de estirarlo todo hasta crecer casi dos centímetros o tres ya se parecen algo más al elástico de un bikini nuevo. Eso siempre y cuando sea constante,claro. Una vez por semana no me va a convertir en gurú de la práctica.
La cuestión es que cuando empecé me sentía permanentemente como sapo de otro pozo. Cuando el instructor nombraba todas aquellas palabras que acaban con "sana", miraba extrañada al ejército obediente, acatar todo con movimientos de sobra sabidos y practicados. Yo, rígida y desconcertada, pensaba que era como escuchar ruso estando convencida de que nunca lo vas a hablar. Pero como el ser humano es extraordinario y capaz de aprender a hacer cosas alucinantes si se lo propone, hoy hablaron y entendí.
Después de envidiar cochinamente a los demás sabiondos y odiarlos un poquito, hoy me alisté al ejército e hice como si hubiera nacido en el Tibet. Concentré toda mi energía en progresar y conseguí la maravillosa postura de nombre impronunciable.
Si quieren saber cuáles son los beneficios, que son muchos, lean ésto, y si animan a practicarla ni se les pase por la cabeza que son tan mayores como para que les llamen "señora". En mi clase hay señoras con la flexibilidad de un chicle en la boca de un adolescente.
Es lindo progresar y sentir que estar patas arriba también puede suponer encontrar el equilibrio.
Si algo tiene de bueno de vez en cuando tener media horita de insomnio es poder escuchar la radio por la noche y descubrir personas alucinantes que explican las cosas que nos preocupan como si salieran de nuestra boca pero mejor.
Aparte del don de la cocina, otro que me gustaría tener sin duda, y de los finos, es el de palabra. Pero claro, para hablar maravillosamente bien hay que tener la cabeza llena de cosas interesantes, no nos olvidemos de ese pequeño detalle.
Mario Alonso Puig es médico pero actualmente se dedica a dar conferencias por el mundo contando qué nos pasa y por qué para que lo entendamos y queramos saber más. El tipo no sólo habla bien sino que hasta resulta elegante explicando cosas complicadas con vocablos sencillos.
En estos tiempos en que veo muchísima gente a mi alrededor que habla de reinventarse y potenciar o desarrollar la creatividad, estas explicaciones son oro en polvo, incluso para mií que huyo despavorida de las fórmulas autoayuda y de los gurús de la felicidad, porque eso es un tema para el que no existe teoría magistral.
Hasta su voz es seductora ¿o son sus explicaciones? ... Si andan por esos rumbos de buscar el camino para mejorar, progresar, motivarse, aprender, emprender o inspirarse, los 15 minutos que van a invertir ahora en escucharlo les van a resultar valiosísimos.
Y si todavía les da pereza "gastar" ese cuarto de hora, basta con cononcer los nombres de sus libros para que les den ganas de salir corriendo a comprarlos y devorarlos en un día.
El cociente agallas
Madera de líder
Vivir es un asunto urgente
Reinventarse
Ahora yo
En contraposición con los temporales que están sufriendo los del norte estos días, yo les muestro la mejor cara del invierno en un paseo sin rumbo fijo que me permitió descubrir imágenes como éstas.
El día que esté inspirada vuelvo y les cuento más. No se vayan.
Ya sé, ya sé... las navidades ya pasaron, pero había hecho estas fotos para mostrarles hace tiempo y como todo lo lindo va recontra lento, menos el tiempo que pasamos trabajando... ahí se las pego, muy fuera de temporada pero con intención de que se maravillen como lo hago yo cuando toda la ciudad tiene aspecto de ser la ilustración de un cuento infantil.
Y digo yo, ¿por qué no dejan esta decoración todo el año y así no nos quitan las ganas de no parar de caminar hasta que amanezca? Supongo que es por eso de que como es una vez al año lo apreciamos más. ¿Será por eso?